
El cuerpo humano necesita energía para cualquier función ya sea física o celular, por ejemplo: Cuando flexionas el brazo, el bíceps se tensa, para realizar esa contracción muscular necesita energía, esta energía la saca del ATP que tiene acumulado en sus células. Es la única energía que puede usar un musculo para sus contracciones (movimientos). El ATP que tiene guardado en el musculo se acaba rápidamente y tiene que ser re sustituido. La forma en que el organismo recupera ese ATP es la base de la fisiología del ejercicio.
Parte de la energía que adquirimos de los alimentos que ingerimos van a proporcionar reservas de ATP, cuando estas están completas, se acumulan en forma de glucógeno, en grasas y en proteínas. Todas estas moléculas (glucosa, glucógeno, grasas y proteínas) pueden ser convertidas en ATP para su posterior utilización por el musculo. La forma en que el organismo sintetiza estas reservas de energía (para posteriormente convertirlas en ATP) marcan los diferentes sistemas energéticos.
El ATP es una molécula que está formada por adenina, ribosa y tres grupos fosfatos. La adenosín-trifosfato es la moneda de cambio de las energías. Es la única molécula que al final se puede convertir directamente en energía. Las otras moléculas, glucosas, grasa, por medio de varios procesos (glucólisis anaeróbica o ciclo de Krebs), terminan convirtiéndose en ATP.
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